sábado, 12 de febrero de 2011

Nazarenas por decreto

El pasado miércoles 2 de febrero Mons. Asenjo Pelegrina firmó un decreto que reconoce la plena igualdad de las hermanas nazarenas en nuestras hermandades y cofradías. Desde entonces, mucho se ha hablado y escrito sobre esta modificación de la normativa que determina “la plena igualdad de derechos entre los miembros de las Hermandades y Cofradías de la Archidiócesis, sin que sea posible discriminación alguna en razón del sexo, incluida la participación en la Estación de Penitencia como acto de culto externo”.

Resulta obvio que toda disposición nace sujeta a críticas y posicionamientos encontrados, y ésta no iba a ser menos. El alcance real de este “mediático” decreto reside, a mi juicio, en un revestimiento jurídico de la voluntad expresada por el cardenal Amigo en la normativa de 1997 y en la posterior exhortación pastoral de 2002. A pesar del mensaje reformista del otrora arzobispo de Sevilla, lo cierto y verdad es que las hermandades han mantenido intacta –durante todo este tiempo- su libertad de pronunciamiento en dicha cuestión. Ahora sí, juntas de gobierno, cabildos y hermanos disponen de la protección jurídica que venían reclamando, lo que permitirá a aquellas corporaciones que aún no han reformado sus reglas (Quinta Angustia, Silencio y Santo Entierro) librarse de una toma de decisión que, en la mayoría de los casos, ha venido acompañada de sonadas controversias.
El día 2 de marzo entrará en vigor este decreto, una vez haya sido publicado en el Boletín Oficial de la Archidiócesis de Sevilla; con él se pone punto y final a un complejo proceso iniciado veinticinco años atrás en los Javieres. Si Amigo dio voz y voto a las mujeres, ahora Asenjo ha resuelto la “plena igualdad” entre hombres y mujeres. Ya sólo resta saber si las hermanas, en su legítimo derecho, van a exigir también su participación como costaleras, acólitas o armá de la Macarena. Mientras tanto, algunos cofrades de renombre ya han expresado durante estos días su particular punto de vista sobre esta noticia de actualidad. Uno de ellos, el siempre osado jurista Joaquín Moeckel, ha cuestionado la tardanza del decreto y la supuesta valentía de Mons. Asenjo, ya que –según sus palabras– “sólo quedaban tres hermandades sin nazarenas… y valiente hubiera sido dar el decreto cuando había treinta o cuarenta hermandades sin nazarenas”. Para el ex hermano mayor del Baratillo, "la verdadera igualdad llegará cuando una mujer presida una hermandad de peso". En cualquier caso, una cosa tengo clara, y es que este decreto de 2 de febrero (Fiesta de la Presentación del Señor) va a insuflar una alta dosis de congruencia y sentido común en nuestras cofradías, concediendo al mismo tiempo cobertura legal a una cuestión gestionada hasta la fecha de forma ciertamente inadecuada.