jueves, 15 de noviembre de 2012

Loa para unos sones


Hoy me apetece hablar muy brevemente de dos colectivos de mi Hermandad. Algunos pensarán –no sin razón– que soy el tío más pesado del mundo. No me importa, sino todo lo contrario. Uno generalmente disfruta escribiendo sobre aspectos que le reconfortan; y en este sentido, trazar párrafos sobre sentimientos que llevas tan en tu interior sólo produce una placentera sensación de dicha. 

No es fácil encontrar corporaciones religiosas tan llenas de vitalidad y dinamismo como mi querida Hermandad de Santiago. Y ahora, en el ecuador del denominado mes de los difuntos, podemos dar buena cuenta de ello con el mero hecho de pasar rápida revista a dos verdaderas señas de identidad de Castilleja.  

Así, por un lado, los componentes de la Banda de Cornetas y Tambores ‘Nuestro Padre Jesús de los Remedios’ se afanan noche tras noche por mejorar su calidad en la interpretación. Y vaya si lo están consiguiendo. Aprovecho la oportunidad para felicitarles por el nuevo contrato que acaban de firmar para el Jueves Santo y que posibilitará el regreso a una hermandad de gran tradición en la Semana Santa del Aljarafe, la de Nuestro Padre Jesús, de Sanlúcar la Mayor. 

Y qué decir del Coro de Campanilleros ‘Nuestra Señora de la Soledad’, del que estoy orgulloso de poder pertenecer. ¿Existe en Castilleja algo más castizo que la Campanilla de la Plaza? ¡Qué forma más hermosa y humilde de evangelizar! El día que el coro desaparezca, que Dios no lo quiera, se irá parte de la Historia de este pueblo. No me cabe duda. 

En una localidad que asiste a una progresiva y lastimosa pérdida de identidad, grupos como los anteriormente citados merecen nuestro respeto y admiración. ¡Larga vida para ambos!