viernes, 14 de octubre de 2011

Castilleja y su runrún


De un tiempo a esta parte, están proliferando los blogs que siguen la actualidad de la vida política castillejana. La popularidad alcanzada hasta la fecha por algunos de ellos está fuera de toda duda; son los casos por ejemplo de Castilleja de la Cuesta protesta, El maravilloso mundo de Miguel o el ahora inactivo Castilleja me importa

Las visitas a los mismos por parte de los cibernautas (en su mayoría castillejanos) crecen de manera casi exponencial. Las entradas preparadas y publicadas con esmero por sus responsables son a menudo acompañadas de decenas y decenas de comentarios. Aprovechando el anonimato fácil, no es raro encontrar también toda clase de improperios y descalificaciones personales, que obviamente sólo reflejan el acentuado estado de deterioro moral e intelectual que presenta nuestra sociedad. 

Lo cierto y verdad es que, a pesar de lo que pueda parecer, la eclosión de la blogosfera política castillejana viene motivada por un más que evidente descontento vecinal. En medio de todo ello encontramos una clase política dirigente con preocupantes síntomas de congoja; lejos de dar buena cuenta de las quejas, sugerencias e indicaciones publicadas, ésta dedica su esfuerzo y tiempo a censurar y satirizar la voz ciudadana, participando activa y anónimamente para más inri en esta nueva corriente. Señores dirigentes, donde algunos de vosotros veis un mero hervidero fiscalizador y represivo, yo sólo veo un escenario ideal para opinar y debatir educadamente sobre algo que –al fin y al cabo– a todos nos compete. ¿O acaso se pretende cercenar la voz del ciudadano de a pie? 

Creo sinceramente que ha llegado la hora de que gobierno y oposición, a partes iguales, centren de una vez sus miras en el bienestar general de los vecinos y no en el de ellos exclusivamente. Si no me equivoco, con esa condición accedieron al pleno municipal tras las pasadas elecciones de mayo. No es cuestión de escandalizarse tanto. Ya lo dijo en su día el humorista español Jaume Perich (1941-1995): “Gracias a la libertad de expresión hoy ya es posible decir que un gobernante es un inútil sin que nos pase nada. Al gobernante tampoco”.