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Teresa Romero, con su perro Excálibur |
Sobre el contagio del virus del Ébola por parte de la auxiliar de enfermería madrileña Teresa Romero, habría que recordar que lo más importante es que se cure y se impida el riesgo de contagio a otras personas (podría generar una enorme alarma social y aumentar el riesgo de pandemia). Dejemos esta grave situación en manos de los científicos y médicos especializados; ya habrá lugar de pedir responsabilidades políticas, que parece ser lo único que nos interesa. Siempre el rédito político, a todas horas.
Hablando de politizar. Cerca de 200 personas concentradas ayer frente a la casa de Teresa para salvar a su perro Excálibur (posible riesgo de contagio). Y casi 200.000 firmas por Internet exigiendo su indulto. Hace diez días, apenas 200 personas despidieron al padre Manuel García Viejo en su funeral. Una persona que dedicó su vida a salvar la de otros y que finalmente no le importó entregar la suya por una buena causa. Y a todo esto las perreras llenas de perros vilmente abandonados por el ser humano.
Conclusión: sociedad enfermiza y completamente politizada. Para la posteridad, el perro Excálibur será más importante y mediático que el religioso fallecido.
Ah, y esto lo escribe alguien que padeció el triste sacrificio de su perra por su enfermedad y avanzada edad. Algo que me causó un gran dolor durante un tiempo.
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