miércoles, 8 de octubre de 2014

¡Por el poder de Excálibur!

Teresa Romero, con su perro Excálibur

Sobre el contagio del virus del Ébola por parte de la auxiliar de enfermería madrileña Teresa Romero, habría que recordar que lo más importante es que se cure y se impida el riesgo de contagio a otras personas (podría generar una enorme alarma social y aumentar el riesgo de pandemia). Dejemos esta grave situación en manos de los científicos y médicos especializados; ya habrá lugar de pedir responsabilidades políticas, que parece ser lo único que nos interesa. Siempre el rédito político, a todas horas.

Hablando de politizar. Cerca de 200 personas concentradas ayer frente a la casa de Teresa para salvar a su perro Excálibur (posible riesgo de contagio). Y casi 200.000 firmas por Internet exigiendo su indulto. Hace diez días, apenas 200 personas despidieron al padre Manuel García Viejo en su funeral. Una persona que dedicó su vida a salvar la de otros y que finalmente no le importó entregar la suya por una buena causa. Y a todo esto las perreras llenas de perros vilmente abandonados por el ser humano.

Conclusión: sociedad enfermiza y completamente politizada. Para la posteridad, el perro Excálibur será más importante y mediático que el religioso fallecido.

Ah, y esto lo escribe alguien que padeció el triste sacrificio de su perra por su enfermedad y avanzada edad. Algo que me causó un gran dolor durante un tiempo.

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