sábado, 5 de marzo de 2011

¿El fin justifica los medios?




Nadie discute la trayectoria profesional del entrenador portugués del Real Madrid José Mourinho (Setúbal, 26 de enero de 1963). Su amplio palmarés así lo refleja: 2 Ligas de Campeones (FC Porto e Inter de Milán); 1 Copa de la UEFA (FC Porto) y numerosos campeonatos nacionales repartidos entre los dos equipos antes citados y el inglés Chelsea. También ha sido condecorado a título individual con cuantiosos galardones: UEFA, World Soccer Magazine, IFFHS, FA Premier League, Serie A, Once de Oro, La Gazetta, etc.
Pero, bajo mi punto de vista, este incuestionable éxito, que muy posiblemente se vea ampliado en años venideros, queda en gran medida empañado por su controvertida personalidad. Y es que un profesional tan mediático como Mourinho, protagonista destacado de portadas, entrevistas e informativos deportivos, ha de medir en todo momento cada una de sus manifestaciones públicas, pues éstas siempre estarán sujetas a la crítica de quienes –de alguna u otra forma– viven de este negocio de masas en el que se ha convertido el fútbol. Lo cierto y verdad es que desde que se produjo su retorno a España (ya ejerció como asistente técnico del malogrado Bobby Robson y del holandés Louis Van Gaal en el F. C. Barcelona) para entrenar al Real Madrid en junio de 2010, la polémica en torno a la figura del técnico luso ha estado servida casi a diario.
Así, durante estos meses ha mantenido peloteras –nunca mejor dicho– con periodistas, entrenadores como Manuel Preciado (Sporting de Gijón) y más recientemente Manuel Pellegrini (Málaga C. F.), con el colectivo arbitral y en definitiva con todo el que ose llevarle la contraria. Sorprende que una institución más que centenaria y señorial como el Real Madrid, que tradicionalmente se ha vanagloriado de tener como patrimonio más valioso su propia imagen, permita que este sujeto campe a sus anchas por las ruedas de prensa, exhibiendo una desmesurada vanidad y una falta de escrúpulos sin parangón.

Pero claro, cuando la preocupante sequía de títulos por la que atraviesa el laureado club merengue amenaza con cobrarse víctimas directivas a medio plazo, algunos iluminados pensarán que el fin justifica los medios. Lo que no saben es que con dicha permisividad indirectamente están fomentando en España el antimadridismo, y lo que es peor, el reclutamiento de nuevas adhesiones a la ya de por sí modélica causa culé.  


1 comentario:

  1. Creo que el Madrid como institución pierde con el fichaje de Mouriño,pues se cree el amo del mundo, y me sorprende que haya dejado semiparalizado al presidente Florentino, que siempre ha sido ejemplo de educación y de saber estar cuando no se ha conseguido los objetivos marcados al inicio de la temporada,

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